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ABANICOS, UN ARMA DE SEDUCCIÓN

Si te gustan los abanicos decorados a mano y desde pequeño se los has visto usar a tus madres y abuelas, estamos seguros de que te va a encantar este post en el que vamos a recordar los significados del lenguaje del abanico.

Quizás hayas oído hablar de los movimientos del uso del abanico, ¿pero sabes de dónde proviene esta tradición? Se remonta al siglo XIX y principios del XX, cuando las mujeres acudían acompañadas de sus madres o tutoras para que vigilaran su comportamiento. Al ser estas últimas muy estrictas en el cumplimiento de su tarea, las damas tuvieron que ingeniárselas para inventar un nuevo medio con el que poder comunicarse con sus pretendientes sin que las señoritas de compañía las descubrieran. Y ese medio no fue otro que el abanico, que servía para enviar mensajes al hombre según se moviera de una manera u otra.

¿Bonita historia, verdad? Vamos a descubriros solo un par de gestos que se hacían con abanicos decorados a mano: abanicarse rápidamente significaba ‘Te amo con intensidad’ y cerrarlo rápido transmitía una negativa al pretendiente.

En Abanicos Andrés Pascual nos fascina traer al presente estas tradiciones y contribuir a que este legado siga vivo a través de la fabricación de abanicos artesanales y personalizados. Llevamos desde 1880 diseñando y creando este maravilloso instrumento, arma de seducción hace muchos años, y hoy fiel acompañante durante los veranos más calurosos, en fiestas emblemáticas como Fallas, en celebraciones como bodas… Cuatro generaciones de abaniqueros felices de contribuir a esta maravillosa cultura.

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LOS ABANICOS DE GUERRA

Como fábrica de abanicos en Valencia, desde 1880 hemos compartido con nuestros clientes mucha información sobre su historia, los tipos de abanicos, sobre cómo se fabrican, cuál es su tradición en España y, también, sobre el curioso lenguaje de los abanicos.
En este post queremos resaltar un uso del abanico muy poco conocido en Occidente: como arma de guerra en Japón.
Los abanicos de guerra eran macizos en madera o metal y similares a los que emplean actualmente los árbitros de sumo. Los utilizaban los samuráis bien para dar la señal de ataque o directamente como arma de lucha. Existe, de hecho, un tratado sobre el arte de la lucha con abanicos que se denomina Tessenjutsu.
Los abanicos de guerra japoneses podían ser de tres tipos. El primero de ellos, llamado gumbai o dansen era un gran abanico, macizo y abierto, que se fabricaba en hierro o madera de bambú. Lo portaban los oficiales de alta graduación y se empleaban para señalar a la tropas, como sombrilla o para evitar el impacto de las flechas. Por su parte, los abanicos denominados gunsen era plegables y los usaban los combatientes para luchar entre ellos. Eran de hierro y se llevaban en la correa o en el pecho.
El tercero de los abanicos sobre el que nuestra fábrica de abanicos de Valencia quiere llamar su atención es el conocido como tessen, un abanico plegable con radios confeccionados con resistente placas de hierro, cuya apariencia era inofensiva al poderse cerrar. A los samuráis se le permitía llevarlos a sitios donde las espadas u otras armas estaban prohibidas.
En Abanicos Andrés Pascual no podrá comprar un abanico de guerra (están en los museos japoneses), pero sí toda clase de abanicos antiguos y piezas únicas.

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LA MADERA NATURAL EN LOS ABANICOS

EL MATERIAL DE NUESTROS VARILLAJES ES MADERA NATURAL

La mayoría de nuestros varillajes están hechos de madera, bien lacados en distintos colores o simplemente pulidos, realzando la belleza natural y las características únicas de los distintos tipos de madera que utilizamos. La madera auténtica tiene características genuinas, como vetas, nudos, mallas o variaciones de tono que realzan su pureza y ratifican su autenticidad.

Calamos, adornamos, coloreamos o envejecemos a mano, siguiendo los métodos tradicionales de los antiguos maestros artesanos del abanico. También utilizamos las más modernas técnicas de grabación como el láser y las marcaciones digitales.

Nuestras maderas proceden de España y de muy diversos lugares como la India, Ceilán, Brasil, Perú, Gabón, Camerún, y otros países de Europa, África, América y Asia, pero todas ellas son talladas, cortadas y terminadas en nuestros talleres especializados de corte y forma de los varillajes. Estos varillajes llevan nuestra firma “aea” que distingue el abanico español artesano de las imitaciones que se comercializan a bajo precio y mala calidad.