Etimología y origen
El abanico es un instrumento usado para dar aire. La raíz etimológica del vocablo proviene del término latino “vanus”, que designa un instrumento para aventar el grano o avivar el fuego, además de para espantar los insectos y proporcionar sensación de frescura, mediante los movimientos de vaivén que se le imprimen. También fue usado como objeto ceremonial, cumpliendo una doble función: ornamento útil y símbolo de prestigio social.
Su origen es algo confuso, pues es de suponer que en los países cálidos, al principio se utilizaría a modo de abanico una sencilla hoja de palma, más tarde plumas de avestruz, sedas, etc., hasta convertir el abanico en objeto de culto, arte y distinción. Hoy, es un accesorio más de la moda femenina.
Existen fundamentalmente dos tipos de abanico: el fijo y el plegable.
El Abanico Fijo
El abanico fijo es el modelo más antiguo, y consta de un mango más o menos largo unido a una montura que puede ser de hoja de palma, seda, piel, etc.
Este tipo de abanico ha sido utilizado en todos los tiempos y en todas las culturas. El pueblo egipcio lo utilizaba ya desde el S. XVIII a.C. También fue utilizado por asirios, medos y persas, posteriormente por los árabes, griegos, fenicios y romanos.
Los climas cálidos favorecieron el uso del abanico. Los aztecas y los orientales lo consideraron un símbolo de autoridad y poder. El abanico fue usado en las ceremonias cortesanas de los soberanos orientales, convertido en un aventador grande con un mango largo para poderlo agitar. La misma costumbre se puede apreciar en todo Oriente, Asiria, India y Egipto. En África y Asia, los abanicos de plumas también connotaban el estado social de un gobernante, y estaban dotados de un gran simbolismo que supieron apreciar los cortesanos portugueses. Desde las islas Seychelles a Filipinas, los abanicos se asociaron siempre con el poder.
El abanico fijo más usado en Europa, fue el abanico de plumas que traían los conquistadores del nuevo mundo como parte del botín. Este tipo de abanico se utilizó en todas las cortes europeas durante el S. XVI y la primera mitad del S. XVII. También entonces empezó a usarlo la burguesía.
El Abanico Plegable
El abanico plegable, tal y como se conoce en la actualidad, se inventó en Corea en el siglo IX y fue introducido en China en el siglo XV por los embajadores coreanos. En el siglo XVI llegó a Europa por vía comercial: de China a Portugal, desde este último país a España e Italia y, unos pocos años después, a Francia y Alemania.
Catalina de Médicis llevó el abanico desde Italia a Francia en 1533, al casarse con Enrique II de Francia, pero fue su hijo Enrique III de Francia quien lo puso de moda en la corte francesa como algo refrescante, a la vez que un accesorio exquisito y novedoso, lo que provocó un notable auge y difusión del abanico a finales del siglo XVI.
Italia fue la pionera en la fabricación de abanicos, y algunos pintores de renombre de este país, pintaron y decoraron abanicos ya a finales del S. XVI y principios del S. XVII. Los temas preferidos de los pintores italianos procedían de la mitología, la Biblia y de la historia de Roma, estos primeros abanicos italianos solían ir suspendidos de la cintura por medio de una cadena de oro.