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LOS ABANICOS DE GUERRA

Como fábrica de abanicos en Valencia, desde 1880 hemos compartido con nuestros clientes mucha información sobre su historia, los tipos de abanicos, sobre cómo se fabrican, cuál es su tradición en España y, también, sobre el curioso lenguaje de los abanicos.
En este post queremos resaltar un uso del abanico muy poco conocido en Occidente: como arma de guerra en Japón.
Los abanicos de guerra eran macizos en madera o metal y similares a los que emplean actualmente los árbitros de sumo. Los utilizaban los samuráis bien para dar la señal de ataque o directamente como arma de lucha. Existe, de hecho, un tratado sobre el arte de la lucha con abanicos que se denomina Tessenjutsu.
Los abanicos de guerra japoneses podían ser de tres tipos. El primero de ellos, llamado gumbai o dansen era un gran abanico, macizo y abierto, que se fabricaba en hierro o madera de bambú. Lo portaban los oficiales de alta graduación y se empleaban para señalar a la tropas, como sombrilla o para evitar el impacto de las flechas. Por su parte, los abanicos denominados gunsen era plegables y los usaban los combatientes para luchar entre ellos. Eran de hierro y se llevaban en la correa o en el pecho.
El tercero de los abanicos sobre el que nuestra fábrica de abanicos de Valencia quiere llamar su atención es el conocido como tessen, un abanico plegable con radios confeccionados con resistente placas de hierro, cuya apariencia era inofensiva al poderse cerrar. A los samuráis se le permitía llevarlos a sitios donde las espadas u otras armas estaban prohibidas.
En Abanicos Andrés Pascual no podrá comprar un abanico de guerra (están en los museos japoneses), pero sí toda clase de abanicos antiguos y piezas únicas.

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LA MADERA NATURAL EN LOS ABANICOS

EL MATERIAL DE NUESTROS VARILLAJES ES MADERA NATURAL

La mayoría de nuestros varillajes están hechos de madera, bien lacados en distintos colores o simplemente pulidos, realzando la belleza natural y las características únicas de los distintos tipos de madera que utilizamos. La madera auténtica tiene características genuinas, como vetas, nudos, mallas o variaciones de tono que realzan su pureza y ratifican su autenticidad.

Calamos, adornamos, coloreamos o envejecemos a mano, siguiendo los métodos tradicionales de los antiguos maestros artesanos del abanico. También utilizamos las más modernas técnicas de grabación como el láser y las marcaciones digitales.

Nuestras maderas proceden de España y de muy diversos lugares como la India, Ceilán, Brasil, Perú, Gabón, Camerún, y otros países de Europa, África, América y Asia, pero todas ellas son talladas, cortadas y terminadas en nuestros talleres especializados de corte y forma de los varillajes. Estos varillajes llevan nuestra firma “aea” que distingue el abanico español artesano de las imitaciones que se comercializan a bajo precio y mala calidad.